
Cómo preparar a tu perro para el veterinario: una experta en perros felices te lo explica
Llevar a un perro al veterinario no siempre tiene que ser una experiencia estresante, ni para nosotros ni para nuestros perros. En los últimos años, la atención sanitaria animal ha cambiado significativamente. Hoy en día, muchas clínicas cuentan con personal capacitado en manejo de bajo estrés, cuyo objetivo es minimizar la tensión de los animales durante su visita. Sin embargo, no solo los veterinarios pueden reducir el estrés de nuestros perros; nosotros también jugamos un papel crucial.
En este artículo exploraremos algunos consejos para llevar a los perros al veterinario y cómo ayudarles a mantenerse tranquilos durante la consulta.
Visitas de emergencia al veterinario: ¿Qué hacer?
Es fundamental saber qué pasos seguir en caso de emergencia. No todas las clínicas veterinarias ofrecen servicios de urgencias, pero muchas clínicas generales están asociadas con hospitales para casos urgentes. Es importante hablar con tu veterinario habitual sobre dónde acudir si surge una emergencia, especialmente fuera del horario habitual.
Si no tienes un hospital de referencia, lleva a tu perro al hospital veterinario más cercano. Primero, enfócate en garantizar la seguridad de tu perro y llama al hospital para informarles que estás de camino, describiendo la situación.
En general, intenta hacer que tu perro esté lo más cómodo posible y permanece cerca para tranquilizarlo. Por ejemplo, si está en el asiento trasero del coche, alguien debería sentarse con él para ayudarle a mantenerse calmado durante el trayecto.

Llevar a un perro a citas programadas con el veterinario
Fuera de las situaciones de emergencia, hay muchas razones para llevar a tu perro al veterinario, como revisiones regulares o cuidados preventivos, como las vacunas.
Aquí tienes algunos consejos para calmar a tu perro antes de la consulta.
● Paso 1: Si tu perro está sano y no tiene dolor, es mejor sacarlo a pasear antes de la consulta para que pueda relajarse y olfatear todo lo que le interese.
● Paso 2: Deja tiempo suficiente para llegar a la clínica con calma. Si el viaje es largo y vas en coche, intenta llegar con antelación para dar un pequeño paseo antes de entrar. Sobre todo, nunca engañes a tu perro haciéndole creer que va a otro lugar.
● Paso 3: Al llegar a la clínica, informa al personal si tu perro tiene necesidades especiales, como evitar estar cerca de otros animales. Si la sala de espera está muy llena y la espera será larga, es mejor dar otro paseo que quedarse en la sala.
Si tu perro es especialmente temeroso o ansioso, pide una cita en horarios menos concurridos. Si tiene problemas para quedarse quieto, practica ejercicios de relajación en casa para que le sea más fácil calmarse y esperar tranquilo.
● Paso 4: Durante la consulta, sigue las instrucciones del personal veterinario. A menudo te pedirán que uses elogios y premios para distraer a tu perro mientras lo examinan.
● Paso 5: Al volver a casa, si tu perro está muy estresado, da un paseo tranquilo y déjale olfatear su entorno antes de subir al coche, por ejemplo. Si tiene problemas para moverse o siente dolor, llévalo directamente a su área de descanso. Evita manipular las zonas donde pueda sentir dolor y da instrucciones a los miembros de tu familia para que sepan cómo cuidarlo.
Si tienes otras mascotas en casa y tu perro parece molesto, evita que los demás animales le molesten, separándolos físicamente si es necesario.

¿Por qué es importante no engañar a los perros sobre su visita al veterinario?
Al igual que nosotros, los perros se sienten más seguros cuando pueden anticipar lo que va a ocurrir y entender qué está pasando. Son muy observadores tanto de nuestras acciones como de su entorno. Por ejemplo, cuando nos ponemos ciertos zapatos o preparamos una bolsa, ellos detectan estas señales y saben lo que viene después. Asocian un evento con otro, lo que les permite anticiparse a lo que va a suceder.
Esta capacidad de asociación también se aplica cuando llevamos a los perros al veterinario. Si saben que una ruta concreta les lleva al veterinario, es posible que se resistan a ir. Si les engañamos tomando un camino diferente, probablemente tampoco querrán ir por esa ruta la próxima vez.
Para evitar problemas relacionados con esta asociación, puedes seguir estas tres estrategias:
● No engañes a tu perro sobre adónde va.
● Haz visitas ocasionales a la clínica veterinaria por razones que no impliquen una consulta, como recoger comida o simplemente saludar al equipo. El personal estará encantado de ayudarte, ofreciendo elogios y premios a tu perro para que asocie la visita con algo positivo.
● Pasea por los alrededores de la clínica sin necesidad de entrar.
Estas acciones pueden ayudar a que tu perro se sienta más cómodo con el entorno y reducir el estrés asociado a las visitas al veterinario.
Consejos adicionales para llevar a tu perro al veterinario
● Consulta con tu veterinario sobre el uso de medicación antes de las visitas si tu perro es muy miedoso y no maneja bien la situación.
● Pregunta al equipo de la clínica por las medidas que usan para ayudar a los pacientes a relajarse. Estas pueden incluir el uso de difusores ADAPTIL Calm en varias habitaciones, tener salas de espera separadas para perros y gatos, usar métodos de sujeción mínima o pedirte que traigas premios y mantas familiares de casa.
● Practica en casa los tipos de manejo que tu perro experimentará en la clínica. Por ejemplo, levántale las patas o revísale la boca para que se acostumbre a estas manipulaciones y las asocie con algo positivo antes de su visita al veterinario. El equipo de la clínica puede guiarte sobre cómo practicar esto en casa.
● Trabaja el manejo forzado con la ayuda de un profesional que pueda guiarte en los ejercicios y enseñar de manera positiva al animal.
● Entrena a tu perro para que use un bozal. Busca un bozal que le permita abrir la boca, recibir premios y beber agua. Empieza mostrando el bozal mientras le ofreces premios. Cuando lo asocie de manera positiva, es decir, que lo vea y se ponga contento, comienza a poner los premios dentro del bozal para que introduzca la cabeza. El siguiente paso será untar un poco de queso crema o paté para perros en el borde del bozal y dejar que lo lama mientras lo sujetas. Pónselo durante períodos cortos para que se acostumbre.
● Usa un producto calmante antes de salir de casa. En la gama ADAPTIL hay diferentes opciones para apoyar a tu perro durante la visita al veterinario. Consulta en la clínica cuando hagas la cita para recibir recomendaciones sobre qué producto sería el más adecuado para tus necesidades.
Siguiendo estos pasos, puedes hacer que las visitas al veterinario sean más llevaderas tanto para tu perro como para ti. Practica con paciencia y, si tu perro sigue mostrando miedo, contacta con un profesional para que te ayude con un plan de tratamiento.
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