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Charcos fangosos, caca de otros animales, estiércol, basura, hierba mojada: ¿no te parece maravilloso?
Realmente no entiendo por qué mi humano se molesta (¡y mucho!) cuando ruedo en cosas malolientes ¡porque me hace sentir muy bien! Es como rascarse esa picazón a la que casi no llegas y de repente… ¡felicidad absoluta!
De todos modos, no estoy seguro de cuál es mi favorito: un charco fangoso o caca de vaca. Mmmm…
¿Pero por qué? Seguro que te preguntas
¡Está en mis genes! Y es bastante natural que los caninos nos revolquemos sobre cosas malolientes: es lo que nuestros antepasados solían hacer para enmascarar su olor cuando cazaban presas, o para disfrazar su olor de los depredadores. Es increíble pensar que mi tatarabuelo perrito solía hacer lo mismo.
Una inteligente investigadora de Wolf Park en Indiana, Pat Goodman, ha estudiado esta actividad en lobos y cree que es una forma de devolver información a la manada de su entorno, particularmente si los lobos han estado rodando sobre un cadáver en descomposición. Esto podría facilitar que otros lobos de la manada rastreen la "presa" para su próxima comida.
Revolcarse sobre algo maloliente también podría significar que los depredadores perdiesen el olor natural de los lobos y evitar ser rastreados en su escondite.
Pero para los perros domesticados, como yo, quizás sea simplemente por diversión. Puede que haya dio una razón evolutiva para ello, y aunque ahora no lo hagamos por la misma razón ¡todavía me hace sentir muy feliz! Mi lugar favorito son los charcos lleeeeenos de barro, especialmente si es un día cálido o si he estado corriendo por el campo, ya que me ayuda a refrescarme.
Mi sentido del olfato
¿Sabías que mi sentido del olfato es 20 veces más poderoso que el de mi humano? Deberías conocer a mi amigo perrito Hamish, el sabueso con el que juego en el parque, tiene un increíble sentido del olfato: tiene 300 millones de receptores de olor en la nariz, por lo que puede olfatear cualquier cosa. ¡Apuesto a que encuentra cosas muy interesantes sobre las que hacer la croqueta!
No olvides que lo que huele bien para los humanos, no siempre nos huele bien a nosotros. Vale, tal vez el pollo asado huela delicioso para todos nosotros cuando se está cocinando, pero ese champú para perros con el que mi humano insiste en lavarme huele demasiado fuerte para mí. Es por eso por lo que después de bañarme, voy y ruedo en la hierba afuera, si mi humano no me detiene claro... ¡La hierba huele mucho mejor!
Cómo los humanos pueden estropear nuestra diversión
Si realmente no te gusta que rodemos en el suelo, supongo que podrías intentar lo siguiente:
- Considera llevarnos con una correa, para que puedas detenernos si parecemos interesados en rodar.
- Refuerzo positivo. Siempre estoy dispuesto a volver con mi humano si sé que obtendré una recompensa por hacer lo que se me pide que haga, pero no todos los perros son iguales. Asegúrate de priorizar el entrenamiento desde una edad temprana.
- Vigila nuestro lenguaje corporal. Si ves a tu perro olfateando o tal vez rascando con su pata un área, usa su llamada o distráelo con algo que le guste hacer, como jugar a la pelota o al frisbee.
- Si sabes que tu perro tiene una zona favorita para rodar, trata de evitarla. Por ejemplo, ¡no vayas a un campo donde hayan pastado vacas si sabes que a tu perro le encanta rodar en sus cacas! Y, si ha estado lloviendo, mantenlo alejado de lugares que probablemente tengan muchos charcos.
- Cuando tu perro haga sus necesidades, asegúrate de recogerlo con una bolsa para evitar que otros perros rueden sobre ella. ¡A algunos perros les encanta!
- Un impermeable puede evitar que, cualquier elemento en el que rodemos, se pegue a nuestro pelaje y luego sea una pesadilla para ti.
Si es demasiado tarde para estropear la diversión de tu perro y habéis venido en coche, quizás sea una buena tener algo para limpiarlo antes de que vuelva al vehículo. También es aconsejable tener un lugar seguro para poner a tu perro cuando llegue a casa, ¡así no recorrerá la casa dejando la “nueva esencia” que trae de la calle!
Sin embargo, recuerda que hacer la croqueta es un comportamiento natural para los perros. Aunque entiendo que no sea tan agradable para los humanos, nunca debes regañar a tu perro por hacerlo. Después de todo, ¡lo llevamos en la sangre!



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